La piel es el órgano más extenso del cuerpo, el nos permite comunicarnos con nuestro entorno, además de realizar una amplia gama de funciones. Una de ellas es la defensa frente a microorganismos del medio ambiente, hay que tener en cuenta que los mismos pueden causarnos enfermedades.
Sobre nuestra piel viven habitualmente una cantidad de microorganismos, los cuales conviven con nosotros, pero muchas de las actividades de la vida diaria hacen que estemos en contactos con más bacterias, virus y hongos.
La adecuada higiene de manos contribuye a la eliminación de la mayor cantidad de microorganismos, evitando que entren en contacto con nuestras mucosas, especialmente boca, nariz y ojos, evitando infecciones.
El lavado frecuente de las manos con agua y jabón debe constituir un hábito a realizarse varias veces al día, especialmente frente a algunas actividades. El uso de jabón es fundamental para lograr remover la mayor cantidad de microorganismos de la piel. El lavado sólo con agua no logra buenos resultados, por lo que no se recomienda.
En algunas situaciones puede utilizarse alcohol en gel lo cual constituye una buena alternativa para la higiene de manos. Este hábito debe inculcarse en los niños desde pequeños para que luego lo realicen de forma automática.