Es mucha la gente que piensa que, para bajar la tensión, con apartar el salero de la mesa y la sal de las comidas, basta. Si bien es buen idea, no es suficiente. Para controlar la tensión de verdad, debes poner en práctica una serie de hábitos como, por ejemplo, vivir tranquilo/a evitando el estrés. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo pues!
Di no al estrés
En las situaciones «de peligro» el sistema nervioso libera adrenalina, sustancia que pone al organismo en situación de alerta aumentando la frecuencia cardíaca y contrayendo los vasos sanguíneos, elevando considerablemente la velocidad de la sangre.
También a la tristeza
La tristeza es otro estado capaz de alterar tu tensión, incluso la ligera depresión. ¡Vive feliz y mantén siempre tu sonrisa!
Toma el sol
Una investigación llevada a cabo en la Universidad de Michigan concluyó la relación entre la falta de vitamina D y la hipertensión.
Duerme 8 horas diarias
Descansar poco (o mal) empeora este problema de salud dado que durante el sueño el corazón se relaja haciendo bajar la tensión arterial.
Camina 30 minutos al día
Saliendo a caminar media hora al día podrás bajar tu tensión hasta 9 mmHg, ya que se ensanchan los vasos sanguíneos.
Evita el ruido y el frío
Ambas cosas son capaces de empeorar tu tensión, así como también los cambios bruscos de temperatura. ¡Evítalo!