Si has llegado hasta aquí es porque has oído hablar o has leído algo sobre las mezclas resinosas que obtienen las abejas de las yemas de los árboles y posteriormente procesan, llamadas propóleos. Esta sustancia supuestamente antibacteriana, antiviral, inmunoestimulante, antiinflamatoria, cicatrizante y ligeramente analgésica parece ser efectiva en casos de cáncer, desórdenes digestivos, resfriados y otros problemas de salud, aunque todo sea dicho, no hay evidencias suficientes que lo confirmen.
No obstante, diversos profesionales se atreven a afirmar que es ideal para prevenir y tratar infecciones relacionadas con las vías respiratorias, siempre y cuando éste se obtenga en una farmacia que, previamente, haya fijado su fecha de caducidad. A continuación cito algunos de sus beneficios para que puedas responder a la pregunta que encabeza este post: ¿Para qué es bueno el propóleo?
Para la piel
El propóleo combate problemas de la piel tales como los hongos, la micosis, las llagas y los sabañones. A lo largo de la historia se ha usado mucho para sanar heridas, y también es bueno en forma de crema para lidiar con el acné.
Para la garganta
Es útil para tratar problemas de garganta y boca como la faringitis, las anginas, la laringitis… Además, se comenta por la red que muchos cantantes lo utilizan para cuidar sus cuerdas vocales.
Para el estómago
El propóleo está indicado para combatir la bacteria responsable de la úlcera gástrica (Helicobacter Pylori) así como también ha dado buenos resultados en pacientes de gastritis, enfremedad de Crohn, diverticulitis y diarrea de candidiosis intestinal.
Para la zona íntima
Por último, tanto para la inflamación vaginal como para la picazón también dicen que va muy bien.