Es un tipo de fractura muy peligrosa, generalmente ocurre en los accidentes automovilísticos, o al levantar objetos muy pesados, también es frecuente al zambullirse en aguas poco profundas.
El peligro radica en que la médula espinal puede quedar comprimida o posiblemente puede romperse. Es importante tomar las cosas calmadamente.
Síntomas
La inflamación y sensibilidad es muy variable, con frecuencia apenas si se nota. La persona accidentada puede padecer grandes dolores mientras permanece inmóvil y acostada, pero en
ocasiones tiene pocas molestias, excepto cuando trata de girar la espalda.
Si la médula espinal está ligeramente lesionada en la región del cuello, existe comezón o
entorpecimiento a lo largo del hombro y la extremidad superior y quizás debilidad en dicha
extremidad.
Si la lesión de la médula espinal es grave, las extremidades superiores pueden estar paralizadas.
Si la médula espinal está lesionada en niveles más bajos, la parálisis será en las extremidades inferiores y tal vez una parálisis total. Siempre que una persona sienta dolores en la espalda o cuello, a continuación de un accidente, se debe tener en cuenta la posibilidad de una fractura en la columna.
Tratamiento
En los casos de lesiones en el cuello mantenga la víctima de espaldas, sin almohadas. No
debe inclinar la cabeza ni hacia adelante ni hacia los lados. Si el traslado es absolutamente indispensable, aun cuando se trate de una distancia de tan sólo unos cuantos metros, utilice un bastidor firme para su apoyo.
El ambulante debe de inmovilizar la cabeza del paciente, de preferencia utilizando las manos,
colocando los dedos a los lados de la cabeza, precisamente abajo de los oídos, y ejerciendo
tracción en la línea recta en dirección contraria al tronco, la parte lesionada se mantiene inmóvil y
se disminuye las molestias.
Si el pecho o las vértebras lumbares son las lesionadas, el accidentado debe de estar acostado de
espalda sobre un bastidor firme; o en el caso de una camilla, debe tenderse sobre el abdomen.
Si es necesario voltear el cuerpo, debe hacerse como una sola unidad, de modo que no ocurra
ninguna torcedura.
Es evidente que si se agita el cuerpo, se ocasionarán graves lesiones adicionales. En ocasiones,
cuando existe fractura de pecho o de espina o en la región lumbar, la víctima insiste en recostarse
sobre un costado. Si tal es la postura en la que encuentra comodidad, el ambulante no puede
hacer otra cosa que acceder a los deseos del accidentado, previniéndola contra cualquier
movimiento.